Un día para celebrar la solidaridad a nivel internacional y la esperanza para el futuro.

DÍA MUNDIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Así como un cable de electricidad está compuesto por alambres de cobre envueltos en una funda plástica, las fibras nerviosas del organismo están recubiertas por una sustancia llamada mielina. Compuesta por lípidos, la mielina tiene, justamente, la función de optimizar la transmisión de los impulsos eléctricos a lo largo de todo el sistema nervioso.

Cuando la mielina se daña en un punto, la transmisión nerviosa en ese segmento se lentifica o se interrumpe, el mensaje no llega adecuadamente a la parte del cuerpo correspondiente y genera un síntoma neurológico. La esclerosis múltiple es la enfermedad que ocasiona este tipo de trastornos.

No se sabe con certeza la causa pero sí los mecanismos involucrados en el desarrollo de la esclerosis múltiple, la cual constituye una enfermedad auto-inmune. Esto quiere decir que el sistema inmunológico (preparado para defendernos) lesiona estructuras del organismo como, en este caso, la mielina. Por algún error, no la reconoce como propia, la ataca y después daña también los axones. Esto provoca lesiones en distintas zonas del cerebro.

Definida como una enfermedad del sistema nervioso central de causa desconocida, la esclerosis múltiple se caracteriza por afectar, básicamente, a adultos jóvenes, en su mayoría mujeres (en una relación de dos mujeres por cada varón). Y su mayor nocividad está en que es una patología crónica y discapacitante, aunque no mortal.

Causas y teorías

La medicina todavía no puede establecer con certeza la causa de la esclerosis múltiple. La hipótesis con mayor aceptación hasta el momento es que se conjugan una predisposición genética más un factor externo que podría ser un virus, todavía sin identificar.

La teoría sostiene que un virus afectó a la persona en los primeros 15 años de su vida y que luego, por alguna predisposición genética, se detona el mecanismo auto-inmune. Pero, este elemento genético no implica una enfermedad hereditaria que se transmite de padres a hijos. Significa que de diez personas predispuestas, dos se enfermarán, porque se requiere además la conjunción con el factor ambiental. 

Los estudios epidemiológicos indican que la enfermedad es más frecuente en la población blanca (tiene poca aparición en la raza negra y entre los orientales) y en los países de clima frío.

Se llama múltiple porque afecta distintas zonas del cerebro y por lo tanto son muy variadas la cantidad de lesiones neurológicas. Por eso, en cada persona y a lo largo de su evolución, varían las estrategias del abordaje médico. 

Manifestaciones

La esclerosis múltiple se manifiesta a través de los trastornos neurológicos que provoca el daño en la mielina. 

Los síntomas pueden aparecer rápidamente, de un día para el otro o en horas. Tienen una fase aguda, llamada brote, y después, espontáneamente el estado tiende a mejorar. Por ejemplo, la persona puede comenzar a tener una visión defectuosa durante días, semanas o algunos meses pero en algún momento su vista tiende a normalizarse. 

En ese nuevo período, llamado de remisión, la mejoría puede ser total o parcial. Si es parcial quedan secuelas que se van acumulando en el tiempo y crean discapacidad. 

Además, los síntomas no aparecen todos juntos o con la misma intensidad. Hay brotes muy leves que casi no requieren tratamiento y otros más severos. Los pacientes suelen tener un promedio de un brote por año. Y hay quienes tienen tres o cuatro en doce meses, o uno en tres años. Como se ve, el desarrollo de la esclerosis múltiple es muy variable en cada paciente.

Síntomas y variantes

Si bien cualquier parte del sistema nervioso central puede ser potencialmente afectada por esta patología autoinmune, las regiones más atacadas son el nervio óptico, la médula espinal, el tronco cerebral y el cerebelo.

Los síntomas más frecuentes tienen que ver con trastornos para caminar, pérdida de equilibrio; problemas visuales (disminución o pérdida de la visión en uno o ambos ojos; visión doble), trastornos en manejo de esfínteres y en la sexualidad, vértigo y fatiga (la falta de tolerancia al esfuerzo físico), entre otros. 

Hay tres tipos de esclerosis múltiple. En el 85% de los casos, la enfermedad se inicia con una etapa de brotes y remisiones que dura alrededor de diez años. Ésta es seguida de una fase – llamada secundaria progresiva – donde la persona tiende a empeorar de manera lenta y sostenida y va sumando discapacidad. 

El otro 15% de los enfermos sufre una de las dos variantes llamadas primario-progresivas, donde los daños neurológicos van incrementándose desde el comienzo de la enfermedad en línea ascendente. La diferencia entre las variantes está en que en algunos casos hay brotes en los primeros años de la enfermedad y en otros no.

Diagnóstico y tratamiento

Para diagnosticar la esclerosis múltiple, los especialistas suman elementos clínicos (cómo se presentan los síntomas) y estudios complementarios. Se indica un análisis del líquido encéfalo-raquídeo que se obtiene por punción lumbar y evidencia la afectación inmunológica dentro del sistema nervioso.

Además, se realiza un estudio llamado ‘potencial evocado visual’, que mide cuánto demora un estímulo visual en llegar al cerebro. Si tarda más que el valor normal, se infiere que la mielina está dañada y por eso la conducción neuronal es más lenta. 
Esto se completa con una resonancia magnética que es el examen más importante porque muestra en imágenes características las áreas del cerebro donde la mielina está lesionada. 

Cuanto antes se inicia el tratamiento el pronóstico mejora, porque hay menos daño y mayor margen de prevención. Está demostrado que los tratamientos inmunológicos actúan mucho mejor cuanto más precozmente se inician.

El tratamiento cubre tres aspectos de la enfermedad: el brote; la prevención, o sea, tratar de que no ocurra el brote o que no aumente la discapacidad; y el manejo de las secuelas o discapacidad. (Compilación JN)

Terapéutica preventiva

La medicación preventiva, por su parte, busca atemperar el mecanismo inmunológico nocivo. Con las modernas drogas inmuno-moduladoras, se impide que los glóbulos blancos ataquen a la mielina. Esto disminuye el número y la severidad de los brotes y, por lo tanto, el grado de discapacidad. 

Otra alternativa a la cual se recurre en última instancia es el mitoxantrone, una droga inmunosupresora. Como baja toda la inmunidad del organismo, requiere mayor control, se prescribe con más cuidado y en un tiempo limitado.

En el tratamiento de las discapacidades, en cambio, el abanico de recursos es muy amplio. Desde las secuelas motoras, cuyo pilar es el tratamiento kinesiológico, hasta el apoyo psicológico a través de terapia individual o grupos de autoayuda.