La juventud eterna no es posible: La lucha por mantener la eterna juventud es una de las mayores batallas del hombre y la mujer.

La sociedad nos convierte en adictos, necesitando estar siempre bellos y jóvenes, midiendo nuestra valía en función de la tersura de nuestra piel.
Hay vida más allá de la juventud? La juventud es una etapa maravillosa por la que todas pasamos y disfrutamos. Sin embargo, la juventud es una etapa más de la vida:  no es la única, ni la mejor.

Cuando disfrutamos de la juventud, solemos también sufrir de la inseguridad que la caracteriza, y no nos valoramos ni conocemos como debiéramos. Cuando el tiempo pasa y no somos tan jóvenes, es cuando verdaderamente sabemos quiénes somos y lo que queremos.

La juventud está para compensar las inseguridades y los errores. La madurez, para afrontar los cambios de la vida y de nuestro cuerpo. Aprovechemos la madurez para convertirnos en una gran mujer o un gran hombre. Si así lo creemos, nos sentimos hasta más atractivos.

Cuando aprendes que la autenticidad, el carisma, la seguridad, y el ocuparse de una mismo es lo más atractivo, te darás cuenta de que no habrá piel, por tersa que sea, que pueda competir contigo. Una mujer o un hombre con ganas de comerse al mundo, no pasa de moda.

Por muy atractivos y jóvenes que podamos ser, si no cultivamos nuestra personalidad, sólo seremos como la bonita portada de un libro, que una vez ojeado, no apetece leer. Sustituyamos nuestras preocupaciones más banales y ocupémonos de equilibrar nuestra vida con nuevos y apasionantes retos.

Tal vez ya no seas tan joven… pero sí más valioso: Suspirar por quienes fuimos o compararnos con las demás es darnos muy poco valor a nosotros mismos. La vida no es un concurso. Como tú, no hay ningún otro ser.

Explota siempre lo mejor de ti, sin compararte con nadie más. No importa tu edad, ni tu altura, ni tus medidas.  Si tú te sientes bella o atractivo….así te verán los demás.

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