El pueblo pescador manabita que decidió salvar a las tortugas marinas

Las Tunas, un pueblo de pescadores de la provincia ecuatoriana de Manabí (oeste), se ha propuesto salvar a las tortugas marinas verdes, en peligro de extinción, que anidan en sus playas y cuyo cuidado ha supuesto una nueva forma de convivencia sustentable para esta comunidad.

Los habitantes de Las Tunas, que se dedican a la pesca y al turismo, se han propuesto proteger los nidos de las tortugas marinas de las variedades Verde (Chelonia mydas) y Golfina (Lepidochelys olivacea), que llegan por el océano a sus playas para dejar sus huevos y volver pronto al mar.El cuidado de los nidos cuenta con el apoyo de la Embajada de Reino Unido en Ecuador y de la Fundación “Jocotoco”, una ONG ambientalista que hace esfuerzos para rescatar y proteger a especies en peligro en todo el territorio ecuatoriano.

Michael Moens, director de Conservación de la Fundación “Jocotoco”, explicó a Efe que en los últimos meses se han protegido en la playa de Las Tunas unos diez nidos de tortugas verdes y golfinas, que contenían entre 30 y 100 huevos cada una, y que al final, en enero pasado, permitieron que eclosionaran unas 500 pequeñas tortuguitas que han llegado al mar.

Las tortugas marinas verdes constan como especie en peligro en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), mientras que la Golfina en el apartado de “especie vulnerable”, añadió Moens.

Mencionó que los científicos que colaboran en el proyecto también intentan hallar nidos o tortugas de otra variedad de tortuga marina, la denominada Carey (Eretmochelys imbricata), que se encuentra en “peligro crítico” de extinción, porque hay unos mil individuos en todo el mundo y que se cree que también anidaba en el pasado en las playas de Manabí.

Moens, de origen belga, aseguró que este proyecto de protección de tortugas marinas ha tomado gran importancia gracias al ímpetu de la población de Las Tunas, que “se ha metido con todo”, al considerar que esta actividad también le beneficia, tanto por el cuidado del entorno natural, como por el turismo.

Y es que el proyecto  de protección de las tortugas está atado a un “plan contra la basura plástica” en las playas y ríos de Ecuador, ya que, además de la pesca indiscriminada y otros peligros, es ese material una de las mayores amenazas para los quelonios, apuntó el experto.

“Reciclando plásticos para salvar vidas” es el proyecto que se realiza en Las Tunas, con el apoyo de la Embajada británica, mediante el cual los habitantes confeccionan artesanías con el material recolectado para vender a los turistas que llegan al sitio.

“Ahora la playa de Las Tunas es una de las más limpias del país”, y ello también ha permitido la llegada de las tortugas marinas para desovar, agregó Moens, al advertir de que ese otro factor que atrae a los visitantes.

La comunidad ha recibido la capacitación suficiente y ha reproducido entre los turistas la idea de proteger los nidos de tortugas, añadió el científico al explicar que, por ejemplo, los habitantes han colocado barreras naturales en torno a los nidos y ubicado señales para que los turistas no se acerquen a esos lugares.

“El turismo tiene un impacto fuerte, pero al tener señalización y una comunidad comprometida”, se reduce el peligro, agregó Moens, quien incluso contó como anécdota que los perros y otros animales domésticos, que suelen suponer una amenaza para las tortugas, en Las Tunas han dejado de serlo.

No obstante, señaló que las tortugas marinas siguen amenazadas por la contaminación de plástico, la pesca artesanal e industrial y el tráfico de especies, ante lo que destacó el proyecto de monitoreo que Jocotoco y varios estudiantes de la Universidad de Guayaquil han emprendido en esa zona para proteger a los quelonios.

“Las poblaciones de tortugas marinas están disminuyendo y la manera más eficiente de protegerlas es que las comunidades que viven en las playas conozcan la importancia que estos animales tienen en la biodiversidad y actúen a favor de su protección”, señaló la Fundación Jocotoco en un informe sobre el proyecto. EFE