El dinero circulante creció 30 veces en 20 años de dolarización
En 20 años de dolarización, los ecuatorianos han aprendido a relacionarse con los billetes dólares: su poder adquisitivo, su uso, sus seguridades… Así el Banco Central del Ecuador (BCE) ha importado de la Reserva Federal de los Estados Unidos durante estos 20 años $35 000 millones en billetes.
Esa cantidad es equivalente a la tercera parte del Producto Interno Bruto (PIB) actual del país, aunque también se han sacado $26 000 millones.
Además, las especies monetarias en circulación (que son los billetes y monedas que los ciudadanos tenemos en nuestros bolsillos, en nuestras casa y que sirven para realizar transacciones de manera inmediata) crecieron 30 veces, también en estos 20 años.
Mientras en enero del 2000 –cuando el gobierno de Jamil Mahuad adoptó la dolarización– había $532 millones en EMC, a noviembre del 2019, esta cifra ha crecido a $16 391,4 millones. Esto según cifras del Banco Central del Ecuador.
También crecieron en estos años las transacciones con medios de pago electrónicos. Tal es así que mientras en el 2010 este tipo de transacciones representaban el 48 % del PIB, para el 2018 estas llegaron al 98 % del PIB, es decir, se lograron hacer transacciones por $ 107 000 millones en un año.
Las astronómicas cifras dan cuenta de que la economía en dolarización creció de manera importante.
De acuerdo con John Arroyo, subgerente de Servicios del BCE, en nuestra economía existen dos tipos de medios de pago: los físicos como son los billetes y monedas; y los electrónicos como tarjetas de crédito o débito y las transferencias electrónicas de dinero.
En este contexto, dice Arroyo, un rol fundamental del Central es proveer de medios de pago para que la economía se desarrolle con normalidad.
El funcionario destaca que en cuanto a las transferencias electrónicas de dinero son cada vez más aceptadas por la población. Estas van a cumplir 17 años de vigencia en el país.
Solo en el 2018 se efectuaron transferencias electrónicas por unos $ 107 000 millones, producto de 70 millones de instrucciones de pago entre entidades financieras que realizan las empresas privadas, la ciudadanía y el sector público.
Actualmente, las transferencias en el sector privado equivalen al 67 % del total, mientras que el sector público, por el tema de la contracción económica se ha ido estabilizando y está en el 33 %.
Esto quiere decir que todos los días se canalizan a través del BCE transferencias electrónicas por $450 millones correspondientes a 280 000 instrucciones de pago.
También cuenta que los cheques siguen siendo un medio de pago aceptado en la economía ecuatoriana, pero cada vez es más desplazado por los pagos electrónicos; en el año 2019 se canalizaron por cheques compensados en cámara $56 000 millones, equivalentes a 30 millones de operaciones.
En cuanto al monto de las especies monetarias en circulación, este rubro se disparó a partir del 2014, de acuerdo con un análisis realizado por Juan Pablo Erráez en una publicación de Cordes del 2018.
Erráez fue funcionario de Asobanca cuando escribió el artículo, pero ahora trabaja en el Fondo Monetario Internacional. En el texto, que encaja con la situación por la que ahora atraviesa el país, explica la relación entre las EMC y los depósitos de cuenta corriente.
Así, identifica tres etapas en el comportamiento de las EMC. En el 2000, estas eran de $500 millones y los depósitos en cuenta corriente registraban una cantidad similar. En una segunda etapa, entre 2007 y 2014 existía mayor cantidad de depósitos corrientes frente a las EMC. Pero desde el 2014, las EMC se disparan frente a los depósitos. Para noviembre del 2019, las EMC son mayores a los depósitos en el 84 %.
Erráez considera que las cifras son llamativas, pues en un momento de la economía en que los hogares sufren disminución de ingresos, hay deterioro en los porcentajes de empleo y la inflación es menor a 0 %, ¿dónde está el dinero que se registra en la EMC?
Para el funcionario una hipótesis es que esa cantidad esté sobreestimada. Además asegura que conocer la cantidad de billetes y monedas que circulan en una economía dolarizada es muy complicado.
De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), es evidente que la masa de dólares ha crecido en dolarización.
Para Carrera, fuentes legales y también otras ilícitas alimentan la economía. Entre las legales, explica que, por ejemplo, las exportaciones no petroleras se han multiplicado de $3000 millones a $12 000 millones. En el periodo del boom petrolero ingresaron ingentes recursos a la economía. La deuda externa también es un factor.
Entre las ilegales, Carrera nombra al narcotráfico como una posible fuente.
Entre tanto, sobre el caso específico de las especies monetarias en circulación, puede haber varios factores para este crecimiento, señala.
Una vez más considera que el narcotráfico podría ser una de ellas y por otro lado, la incertidumbre de la gente que dependiendo de los momentos políticos y económicos podría preferir tener su dinero en su casa, antes que en los bancos.
Carrera también aboga para que en una economía dolarizada se adopten medidas compatibles con un modelo sano: fomentar la exportación y atraer inversiones.
La gerenta del Banco Central, Verónica Artola, comentó hace pocos días que el organismo ha detectado que necesita trabajar fuertemente en el análisis de lavado de activos. Dijo que el Banco está realizando tareas en este sentido con la asesoría del Banco Mundial, a fin de poder cuantificar el monto de actividades ilícitas.
Dentro de este contexto, dice, se ha detectado en los dos últimos años que están ingresando billetes de $100 y $50, que no han sido traídos por el BCE, que no hace este tipo de importaciones.
Para Artola, estos billetes podrían estar entrando por las fronteras. Explicó que entre 2018 y 2019 el número de estos creció en 10 %.
Arroyo confirmó que se han empezado a realizar controles como parte de una debida diligencia para establecer los orígenes de estos billetes de alta denominación, a través del sistema financiero y que podrían llegar a $400 millones.
La idea es que el sistema financiero pueda identificar los sectores desde los cuales les están llegando estas especies para investigaciones posteriores de la Unidad de Análisis Financiero (UAFE). (I)
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