Firma de subcontratista petrolero acumula $ 68 millones en contratos

Santa Elena -La mansión playera en Olón que construía el subcontratista petrolero Armengol Cevallos Díaz se ve gris y llena de maleza. “De vez en cuando viene un señor, es el guardia, viene los fines de semana”, dijo el custodio de una propiedad cercana.

Esta edificación, que se levantaba a un costo de $ 792.000 y por cuyo terreno se pagó $ 1,6 millones, cumplirá en septiembre tres años y medio de abandono. Su dueño, que la supervisaba semanalmente, dejó a medio terminar las canchas de tenis y fútbol, la piscina, jacuzzi, suites y salas de cine, y partió a Estados Unidos en el 2016. En ese país, en Miami, está preso desde mayo pasado.

Se lo acusa de once cargos por supuesto lavado de dinero y conspiración para violar la ley anticorrupción de ese país, al facilitar sobornos por $ 4,4 millones para tres exdirectivos de Petroecuador. En Ecuador no registra ninguna investigación fiscal o judicial abierta.

Su detención no ha impedido que sus principales empresas, Vestsacer S. A. e Hidraersa S. A., sigan activas en Ecuador, según los registros de la Superintendencia de Compañías. En la primera, Armengol Cevallos aún figura como presidente y socio principal, con el 89% de acciones, con dos de sus hijas.

En marzo pasado, los tres se reunieron –vía Skype– para aprobar los informes financieros de la compañía correspondientes al año 2018. Desde que Cevallos salió del país, hace dos años, su principal empresa ha recibido $ 892 mil por contratos. En total, desde el 2011, Vestsacer acumuló $ 68 millones por pagos de los subcontratos que le asignaba la constructora española Tesca Ingeniería del Ecuador, contratada por Carlos Pareja Yannuzzelli, para la refinería de Esmeraldas.

Para este año, Vestsacer tenía previsto recibir $ 1,1 millones, según consta en sus reportes financieros del 2018, en el apartado “cuentas por cobrar”.

De ese monto, $ 164.000 corresponden a valores pendientes de cobrar a sus clientes, $ 374.000 por anticipos de proveedores y $ 544.000 no se especifica la procedencia.

No obstante, las cantidades que la compañía debe pagar a clientes y proveedores llegan a los $ 6,7 millones. Los auditores advierten en sus informes de “una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de Vestsacer para continuar como negocio en marcha”.

Durante un recorrido, este Diario conoció que la empresa Vestsacer ya no funciona en las oficinas del edificio Trade Building, en el norte de Guayaquil. Ahí, Armengol Cevallos era dueño de cuatro inmuebles: dos oficinas, la 119 y 120, con sus respectivos parqueos, las que hoy tienen otro dueño.

Los reportes internos de la compañía mencionan que bajo la figura de ‘donación’, Vestsacer dio de baja de su listado de propiedades cuatro bienes inmuebles valuados en $ 250.000 y que, además, había decidido vender vehículos “que ya no serán utilizados por la empresa” por un monto de $ 231.682.

La compra de una embarcación a “una persona natural”, por un costo de $ 533.748, también se revirtió en el 2017, por lo que Vestsacer tenía previsto recuperar esa cantidad ese año.

No se conoce el nombre del dueño de la embarcación, tampoco si se trata de un barco, yate, lancha, velero, etc.

Otra de las empresas de Armengol Cevallos, Hidraersa S. A., dedicada al “transporte aéreo de pasajeros”, también ha registrado pérdidas en el último año. “Motivo por el cual se decidió vender los activos fijos de la empresa”, señala un informe de marzo del 2018, que no detalla los bienes vendidos. Según el listado del parque aeronáutico de la Aviación Civil, a junio pasado, Hidraersa aún figura como dueña del único helicóptero Robinson 66 que estaba registrado en Ecuador en el 2016 y valorado en $ 869.000.

El año pasado, la compañía no reportó ingresos “debido a la coyuntura que está atravesando el país”. La firma ha cumplido la ley, recalca un informe. (I)

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