Pablo Celi fusionará los pedidos de auditoría contra José Tuárez

Ni Iván Granda, secretario Anticorrupción del Gobierno; ni Patricio Donoso, vicepresidente de la Asamblea; ni Pablo Celi, contralor subrogante, pudieron evitar –en sus exposiciones por la inauguración de las Jornadas por la integridad pública y lucha contra la corrupción– los mismos lugares comunes con respecto al despilfarro del dinero público: el primero, que la culpa es de la década correísta, que ya hay 22 exfuncionarios presos y 15 prófugos; el segundo, que una consecuencia es el 62% del desempleo; y el tercero, que las políticas para erradicar el mal uso de fondos estatales requieren de una acción coordinada de las autoridades de control.

El objetivo de estas jornadas de propuestas de distintos sectores, coincidieron, es erradicar la impunidad y recuperar los recursos desviados. Para ello, Granda insistió en la “reinstitucionalización del país”; Donoso, en el “compromiso del Congreso (porque la palabra Asamblea le suena a Venezuela); y Celi, en la necesidad “de la concurrencia de voluntades”.

Cada intervención arrancó los aplausos de más de 300 invitados que llegaron al Centro de Convenciones Eugenio Espejo; entre los que estuvieron el exvicepresidente Blasco Peñaherrera, la exfiscal Mariana Yépez, el extitular de la Judicatura Marcelo Merlo y el sindicalista Mesías Tatamuez.

En el podio se ubicaron 16 sillas –con Pablo Celi en el centro, en su calidad de presidente de la Función de Transparencia– para las autoridades de control, los delegados de la Asamblea y del Gobierno… y José Carlos Tuárez, presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), a quien varios sectores quieren auditar y le exigen la renuncia por supuestas irregularidades en su postulación al cargo.

Antes de que empezara el evento, Tuárez habló brevemente con la prensa. Dijo que no renunciaría, que sus papeles están en regla y que irá a la Asamblea o a cualquier instancia que requiera de sus explicaciones.

Cuando entró al recinto se dirigió a una sala de espera destinada solo a altos funcionarios. Allí intercambió un par de impresiones con sus compañeros de función y luego de unos minutos se ubicó al final de la fila que se había formado para llegar hasta el podio. Saludó, de lejos, con unos pocos; mientras que el resto de autoridades daban la mano a uno y a otro y se detenían para recibir el abrazo de sus amigos.

Tras las intervenciones de rigor, el presidente del CPCCS, a quien un sector afín al correísmo presiona para que destituya al contralor y abra la puerta a la designación de uno nuevo, estrechó la mano derecha de Pablo Celi, quien, a su vez, podría auditar la postulación de Tuárez. Charlaron unos minutos y se retiraron.

Al final del evento, Celi reconoció ante los periodistas que ha recibido varias solicitudes para revisar y pronunciarse sobre el proceso que llevó a Tuárez al Consejo de Participación. “Hay varios pedidos… de la Asamblea, del Consejo Electoral, del Consejo de Participación… Lo estamos evaluando; vamos a integrar todos los pedidos en una sola acción de control”, dijo. Y aclaró que no puede adelantarse, pues los nombres y las decisiones “son el resultado de la auditoría, no su antecedente”. (I)

EL UNIVERSO