El Gobierno tiene 45 días para evaluar positivamente este proyecto y así evitar la activación de las sanciones arancelarias de Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a México que si el plan para contener el masivo flujo migratorio que le llega de Centroamérica no funciona, el país azteca debe convertirse en “tercer país seguro”. Aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador insiste en que todavía no ha accedido a esta figura jurídica, como parte de los acuerdos firmados con EE.UU. para suspender la imposición de aranceles, todo indica que Trump quiere empujarlo a eso. La condición de un “tercer país seguro” implica que cuando una persona abandona su nación para solicitar asilo en otra, este segundo Estado puede negarse a recibirlo y remitirlo a un tercero que considere que puede darle las mismas atenciones. Sin embargo, no basta la intención. Según la Convención de Ginebra, que se firmó en 1951, hay condiciones mínimas que un país debe cumplir. La principal es garantizar que los solicitantes no van a ser retornados a su país de origen. Además de asegurar el derecho a la vivienda, seguridad social, medicinas, empleo y educación. El viernes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, explicó en cinco puntos los avances del plan para frenar la inmigración. Uno de estos concluirá el martes 18 de junio. Se trata del despliegue de 6.000 guardias nacionales en su frontera sur. El Gobierno mexicano tiene 45 días para evaluar positivamente este proyecto. De no lograrlo -ni tampoco obtener otro acuerdo en 90 días-, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmará los aranceles que afectan al 80% de los productos mexicanos.   Las sanciones comenzarían con el 5% y aumentarían hasta llegar al 25% en noviembre. La realidad “Es una utopía de México creer que conseguirá la condición de tercer país seguro”, opina William Arcos, máster en Ciencias Internacionales. Para el también catedrático de la Universidad de Guayaquil, la única forma de lograrlo es con la cooperación internacional. “Es similar en Ecuador con los venezolanos. La inmigración económica complica al país, que no tiene la infraestructura ni puestos de trabajo para asimilar la problemática. Sin cooperación internacional y sin experiencia no se puede”. De acuerdo con Arcos, la teoría de aliviar la carga de los países que reciben más solicitudes de asilo y redistribuirlos de forma equitativa entre varias naciones se da en la Unión Europea. Rodolfo Cruz, director del Departamento de Estudios de Población del Colegio de la Frontera Norte, también manifestó a la  BBC que México no puede lograrlo, porque no tiene la infraestructura suficiente para albergar y atender a los migrantes. “Tampoco tiene el marco legal que sustente el que puedan estar acá por tiempo indefinido”. Cruz señala que hay una tasa de 80 a 85% de rechazo de las solicitudes de asilo en EE.UU. por parte de inmigrantes centroamericanos. Gonzalo Paredes, economista y docente de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, por su parte, analizó el impacto al bolsillo, en caso de que se activen los aranceles. “Todo esto provoca incertidumbre en la economía. Eso trae consigo menor tasa de crecimiento”, argumenta. No obstante, considera que China sería un sustituto perfecto. (I)

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