Arreglaron la vía, pero faltan aceras
A primera vista, quien llega por el callejón Paulo Emilio Macías (El Guabito) puede pensar que se trata de una zona rural, pues los árboles, de lado y lado de la calle, así lo muestran.Sin embargo, Laura Menéndez, quien nació allí hace 59 años, asegura que nunca, ni desde que ella era niña, la zona fue rural.“Esto siempre ha sido urbano, aunque no le han faltado sus necesidades”, indicó la moradora. No duda en decir que uno de los mayores beneficios del que gozan es el asfaltado de la calle, que antes era de lastre y con doble riego, pero ahora ya es un trabajo integral.Para lo único que tiene observaciones es que las aceras o “banquetas” no han sido terminadas y solo quedaron de un solo lado de la calle. Por esta razón, incluso, algunos moradores ellos mismos las han pavimentado.Otra de las peticiones que hace, “aunque aún no ha pasado nada”, es la instalación de una Unidad de Vigilancia Comunitaria.El centro de salud con el que cuentan está a dos kilómetros -no muy lejos- en El Limón, así como una institución educativa, justamente la que le da nombre a la calle: el Instituto Paulo Emilio Macías, ubicado a un kilómetro de distancia, y en el cual se educan muchos jóvenes de la zona.
EL DIARIO