La crecida de cinco ríos dejó destrozos en sector manabita
Sartenes, ollas, platos, alimentos ‘nadaban’ en la sala de la vivienda de Angélica Intriago. La noche del pasado martes su casa fue una de las centenares que en la cabecera parroquial de La Unión, perteneciente al cantón Santa Ana, fueron afectadas por fuerza de la crecida de los cinco ríos que confluyen en esta localidad.
Esa noche nadie durmió en esta parroquia colindante con Balzar, en Guayas. Intriago ayer veía cómo su cocina, lavadora, cama, alimentos y otros enseres flotaban en su casa inundada.
“No nos esperábamos esto. Fueron casi 4 horas de lluvias y todo se inundó”, dijo Intriago.
Su vecina, Isabel Burgos no recordaba en los últimos años una inundación como la vivida la noche del martes. Dijo que hace 40 años una vecina y su hijo murieron por la crecida de los ríos.
Hojas, palos y restos de objetos y utensilios quedaron atrapados en cercas de alambres de púas de cultivos que sirvieron como atenuantes para detener la avalancha de lodo y objetos que arrojó la crecida de los ríos Chirimoya, El Habra, Mamey, Plátano y Maroma.
El centro de salud de La Unión, los daños eran cuantificados. Mercedes Cedeño, funcionaria de ese establecimiento, indicó que las vacunas estaban en un área de frío que no se afectó, pero sí tenían daños por ejemplo en la refrigeradora al igual que la pérdida de glucómetros y tensiómetros. Ayer no hubo atención.
Otros sectores como San Juan de la Cucaracha, y la parroquia Pueblo Nuevo también tendrían afectaciones severas en cultivos, crías de aves, cerdos y vacas, y pérdidas de enseres, según dirigentes.
Hasta el mediodía de ayer unas 40 familias se encontraban alojadas en la casa comunal. El servicio de energía eléctrica permanecía suspendido.
“La mayoría de gente lo perdió todo, fue una creciente muy drástica, el río subió tan rápido que no dio para sacar nada. Eran como olas de mar porque el río se metió fuerte”, refirió Gabriel Cedeño, quien reside cerca del parque central de la parroquia La Unión.
Ramón Homero Alarcón dijo que las pérdidas en sus cultivos sobrepasarían los cuatro mil dólares en su finca, en donde le faltaba un mes para ya recoger la cosecha de choclo.
“Tengo pérdidas en cultivos, maíz, fréjol, arroz, maní, plátano, chanchos, gallina, todo se ha ido”, dijo triste Alarcón.
Fernando Cedeño, alcalde de Santa Ana, adelantaba que al menos unas 600 personas estaban como damnificadas y se cree que algunas poblaciones estén aisladas.
Según los reportes del Comité de Operaciones Emergentes de Santa Ana hay serios problemas en moradores de las comunidades de Río Plátano, La Segua, Corralón, Las Maromas, San Felipe y Las Cumbres.
Un reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos ubicaba a Manabí, junto a Los Ríos, Esmeraldas, El Oro y Tungurahua como las provincias con más inundaciones.
Según ese organismo, por la época lluviosa (contada desde octubre) iban 14 fallecidos, 31 heridos, 4.096 personas afectadas, 318 damnificadas, 963 casas afectadas y 67 destruidas.
El fin de semana pasado hubo estragos por las lluvias en Azuay y Pastaza, donde los ríos han crecido. (I)
Sube cota de presas
El nivel de la presa Poza Honda, ubicada en la parroquia Honorato Vásquez, en Santa Ana, estaba al tope de la cota establecida de 106,5 metros sobre el nivel del mar. El prefecto Mariano Zambrano, durante un recorrido por las zonas afectadas, señaló que tomarían precauciones al respecto.
Las continuas lluvias caídas durante los últimos días en el cantón Bolívar también generaron el aumento del embalse de la represa La Esperanza, que se encontraba en cota 62,95. Abel Chávez, técnico de la represa, dijo que la cota máxima es 66 msnm, por lo que se está evacuando 27,46 metros cúbicos de agua. (I)
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