Ellos son los ases de las computadoras.
El lugar donde trabajan los hermanos Tapia Viteri -César e Iván- está lejos de parecer un laboratorio o un taller, en el cual fluyen y se consolidan ideas que van más allá del común de los mortales; ideas que solo dos mentes futuristas pueden concebir. Ataviados con jeans azules y camisetas polo blancas, la similitud física entre ambos es grande: usan el cabello largo y una barba que recuerda a algún anarquista o revolucionario.Ambos coinciden en decir que en su casa siempre hubo una computadora, razón por la cual, creen ellos, se les despertó el gusto por esos aparatos.“Mi padre tenía una Atari XL del año 1979, que la usaba en su trabajo”, explica César, siempre sonriente, quien agrega que, cuando se dañaba, las piezas inservibles las cogía como juguetes. Allí nació todo.Sin considerarse un buen alumno, se graduó en el colegio Santo Tomás, en Físico Matemático, y el resto lo aprendió en la práctica.César sintetiza su amor por la electrónica y las computadoras en dos palabras: “Me apasiona y me divierte”.Contrario a su hermano, Iván se muestra mucho más expresivo y para cada pregunta no tiene una, sino varias respuestas.También habla de la computadora familiar como el inicio de todo, pero, más detallista, indica que esta “tenía una memoria de 64 k, cuando actualmente estamos hablando de más de 8 millones de k u 8 gigas. En ellas uno no tenía juegos, tenía que aprender a armar sus propios juegos. Cuando me aburría de uno, creaba otro”.Cuenta que su padre siempre tuvo libros y manuales en los que podía realizar cualquier consulta.Preguntado sobre si él y su hermano están dotados de una capacidad especial, explica que “cada uno es un mundo aparte. Así como hay quienes pueden crear música porque les apasiona, así mismo lo nuestro es la computación”. Trabajos. Los hermanos son los pioneros de la creación de pantallas touch que mediante un rayo infrarrojo permiten, por medio de la ubicación manual, enviar información a las computadoras. Actualmente se encuentran investigando cómo crear un sistema subacuático que permita distribuir, sin pérdida de recursos, alimentos para los camarones mediante sensores especiales.
EL DIARIO