Almuerzos al alcance de los más necesitados
Desde las 11 de mañana, un olor irresistible comienza a percibirse a varios metros a la redonda. Sin pérdida de tiempo, decenas de comensales hacen caso al llamado de las ollas y llegan hasta el comedor comunitario Ecuador Solórzano.Pero no se trata de personas cuyo presupuesto les alcanza para pagar hasta 3 dólares, sino de gente a la que la vida no ha tratado muy bien: indigentes, personas con discapacidad o de la tercera edad. Para ellos es el principal beneficio, pues no pagan ni un centavo; no obstante, también pueden degustar del menú personas cuyo presupuesto para almorzar no supere el dólar. Todo este esfuerzo comenzó, según cuenta su cabeza principal, Violeta Román de Cevallos, el 29 de abril del 2003, es decir, hace casi 16 años, cuando un grupo de mujeres de la Fundación de Damas Protectoras del Adulto Mayor tomó cartas en el asunto.Algo que hacer. “Primero estuvimos en el geriátrico Guillermina Loor, pero cuando el Ministerio de Salud se hizo cargo, nosotras pensamos que algo teníamos que hacer para ayudar a los más necesitados, sobre todo, ancianos”, recuerda doña Violeta, mientras las mesas del comedor comienzan a llenarse de gente de todo tipo, incluidos obreros y hasta abogados de profesión.“Fue así que, gracias a la donación de una casa del doctor Ecuador Solórzano pudimos tener un lugar para nuestro propósito de beneficencia. Sin él, nada hubiera sido posible”. Doña Violeta cuenta que lo primero que hicieron, tras abrir el local, fue hacerlo bendecir, gracias a lo cual todo ha marchado a pedir de boca.En el local aproximadamente almuerzan 150 personas. Pero no almuerzan cualquier comida, no. Hay una nutricionista que se encarga de revisar la comida, en especial porque las personas de la tercera edad, debido a sus dolencias, no pueden comer con mucha grasa, sal o azúcar.Iván Mieles tiene cinco años comiendo en el lugar y aseguró que “es muy buena la comida, y muy sana”.Asimismo, María Sinche comentó: “Para qué, es la primera vez que como y todo está rico, sin muchos condimentos, sabroso”.“La comida es sana, por eso vengo”, indicó, a su vez, el profesional de las leyes Arturo Andrade.
EL DIARIO