Estados Unidos y Rusia chocan por Venezuela: así fue el duro enfrentamiento en el Consejo de Seguridad de la ONU
Hubo llamados a tomar posición por un lado u otro. Acusaciones de intento de golpe de Estado o desestabilización. Y hasta se desempolvaron viejas expresiones, como la de “países satélites”.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) reunido en Nueva York pareció volver a los tiempos de la Guerra Fría al abordar la crisis de Venezuela este sábado, con un choque directo entre Estados Unidos y Rusia.
El encuentro ocurrió días después que el líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se autoproclamara el miércoles “presidente encargado” de su país y recibiera el reconocimiento de EE.UU., Canadá y las mayores naciones de Sudamérica.
Sin embargo, Rusia y China mantienen su respaldo al gobierno de Nicolás Maduro, que acusa a Guaidó de querer dar un “golpe de Estado” dirigido por Washington.
En este contexto, la reunión en la ONU convocada por EE.UU. —que estuvo representado por su secretario de Estado, Michael Pompeo— concluyó sin un acuerdo entre las grandes potencias.Saltar las recomendacionesQuizás también te interese
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Fin de las recomendaciones
Pero marcó la primera vez que el Consejo de Seguridad discutió formalmente sobre Venezuela, reflejando hasta qué punto el país sudamericano se volvió un asunto de interés internacional y otro escenario del pulso global entre Washington y Moscú.
Primer round
La sesión comenzó por la mañana con un intento del representante ruso, Vasily Nebenzya, de evitar que se celebrara la reunión.
“Venezuela no supone una amenaza para la paz ni para la seguridad”, sostuvo.
Y agregó que esa amenaza sí surge de las acciones de EE.UU. y sus aliados, que a su juicio buscan expulsar al presidente legítimo de Venezuela.
“Esto supone un quebrantamiento del derecho internacional, el intento de Washington de orquestar un golpe de Estado“, afirmó el diplomático.
Pompeo respondió que millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años, lo que abruma a los países vecinos.
“El expresidente Maduro tiene toda la responsabilidad de esta tragedia”, dijo.
“Ahora tenemos un nuevo presidente en Venezuela: Juan Guaidó, que ha prometido celebrar elecciones, devolver el orden constitucional al país y la seguridad a la región. No podemos postergar esta conversación crucial”, agregó.
Finalmente, el intento ruso de evitar el debate sobre Venezuela fracasó: nueve miembros votaron a favor de seguir adelante (EE.UU., Alemania, Francia, Reino Unido, Perú, Bélgica, Polonia, Kuwuait y República Dominicana), cuatro en contra (Rusia, China, Guinea Ecuatorial y Sudáfrica) y dos se abstuvieron (Indonesia y Costa de Marfil).
Washington logró así su primer objetivo del día.
“Elija un lado”
Rosemary DiCarlo, secretaria general adjunta de la ONU para asuntos políticos y consolidación de la paz, expresó luego su “honda preocupación” por Venezuela, su tensión política, la situación de los derechos humanos y el colapso de su economía.
Presentó cifras de la ONU que señalan que 3,7 millones de venezolanos sufrieron de subalimentación entre 2015 y 2017, que la tasa de mortalidad infantil se duplicó en los últimos años y 2,3 millones de personas abandonaron el país, sobre todo hacia naciones vecinas.
Pompeo retomó la palabra minutos después, con un desafío.
“Es el momento para que cada nación elija un lado. No más retrasos, no más tretas: o están con las fuerzas de la libertad o están aliados a Maduro y su caos”, dijo el secretario de Estado.
Aseguró que “China y Rusia están apoyando un régimen fallido con la esperanza de recuperar miles de millones de dólares en inversiones mal concebidas”.
Y agregó que “los matones de seguridad e inteligencia cubanos” apoyan y protegen a Maduro, enviados por el gobierno de la isla.
Pompeo indicó que espera que los diplomáticos estadounidenses que permanecen en Venezuela sean protegidos según la Convención de Viena, aunque el miércoles Maduro les dio 72 horas para abandonar el país.
“No pongan a prueba la determinación de Estados Unidos de proteger a su gente”, advirtió.
Minutos después, el representante ruso afirmó que EE.UU. convocó a la reunión como parte de un “juego sucio” para desestabilizar a Venezuela y cambiar su gobierno.
“Los estadounidenses no han cambiado en absoluto su manera de ver a América Latina (como su) zona de interés exclusiva, un patio trasero donde pueden hacer lo que les de la gana”, dijo
Nebenzya cuestionó a Pompeo, sentado a menos de 10 metros de él, sobre la afirmación de EE.UU. de que “todas las opciones” están sobre la mesa para Venezuela.
“¿Significa ello que EE.UU. está dispuesto a recurrir a la fuerza armada contra un Estado soberano bajo ese pretexto inventado?”, interrogó.
Sin haber respondido en la reunión, Pompeo fue consultado luego por la prensa sobre esa pregunta y dijo que evitaría “especular o hipotetizar” sobre los siguientes pasos.
“Satélites”
En un mensaje corto, el embajador chino, Ma Zhaoxu, llamó a mantener la calma y negó que la situación de Venezuela suponga una amenaza a la paz y seguridad nacional.
Los representantes del Reino Unido, Alemania y Francia reclamaron en la ONU que Maduro convoque a elecciones en Venezuela en un plazo de ocho días.
De lo contrario, advirtieron, también reconocerán a Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela.
Pero el representante ruso también respondió a esto, calificándolo de “ultimátums absurdos” y “provocación”.
“¿Qué le parecería a usted si la Federación de Rusia le pidiese discutir en el Consejo de Seguridad la situación de Francia y los chalecos amarillos, que también este fin de semana están manifestándose por millares en las calles?”, preguntó.
El representante alemán, Christoph Heusgen, notó entonces que su colega ruso evitaba hablar sobre las “graves vulneraciones de derechos humanos” en Venezuela.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, calificó de “acción injerencista” el ultimátum europeo y sostuvo que EE.UU. “está delante del golpe de Estado, a la vanguardia, y dicta las órdenes no sólo a la oposición venezolana sino también a los gobiernos satélites”.
Arreaza negó que Guaidó pueda ser reconocido legalmente como presidente de Venezuela, dijo que el gobierno de Maduro está abierto al diálogo y admitió que hay “una situación migratoria nueva”, que atribuyó a la economía del país.
Elliot Abrams, quien el viernes fue nombrado por Pompeo para conducir la política de EE.UU. sobre Venezuela, tomó la palabra entonces para rechazar la calificación de “satélite” de los aliados de Washington.
“Hoy hay un satélite presente aquí y es Venezuela, que desafortunadamente se convirtió en satélite de Cuba y Rusia“, dijo Abrams.
El representante ruso preguntó entonces quién era Abrams, pero Arreaza demostró saberlo al recordar que fue indultado de una condena que recibió por mentir al Congreso de EE.UU. acerca del escándalo Irán-Contra en Nicaragua de los años 80.
La reunión continuó hasta la tarde. Varios países del Grupo de Lima, como Brasil y Colombia, expresaron su respaldo a Guaidó. Otros como Cuba y Nicaragua reiteraron su respaldo a Maduro. Y algunos como México y Uruguay abogaron por un nuevo proceso de negociación en Venezuela.
El último orador fue el embajador ruso, quien afirmó que más países de América Latina y el Caribe se habían manifestado a favor de Maduro que en contra.
“Estados Unidos no ha logrado sus objetivos”, sostuvo. “Entonces, ¿para qué convocar a esta sesión?”.
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