Falta de protección los expone ante la fuerza del mar

Los habitantes de esta parroquia, que han pasado toda su vida subordinados al mar, ahora le han cogido miedo. Y es que desde hace cerca de cinco meses su furia está causando daños, sobre todo en época de aguaje.Según los moradores de  Marbella y Las Gilces, al norte de la parroquia, la construcción del muelle ha permitido que el oleaje se dirija hacia ellos con mayor fuerza, socavando al menos 30 metros de playa y destruyendo varias estructuras.Luis Reyes es uno de los habitantes que da la voz de alerta: “Las afectaciones en la playa se prolongan siquiera a lo largo de dos kilómetros, desde el muelle hacia la parte norte. Se ha hablado con ingenieros que construyen el muelle, han ofrecido ayuda, pero esta no se concreta”.Un pozo de cemento destruido es mudo testigo de cómo el mar gana espacio. Luis Parrales es administrador del laboratorio de larvas de camarones Donabe -antes don Richard- parte del cual ha sucumbido por efecto de las olas.“Aquí trabajan seis familias y si esto de destruye ellas se verán perjudicadas”, dijo Parrales, quien mostró cientos de sacos de arena que han servido de muy poco para proteger la parte trasera del laboratorio.“Estamos preocupados porque el aguaje más fuerte está por venir, el del 23 al 27 de diciembre. Por eso pedimos ayuda a las autoridades para que vengan a ver lo que el mar está haciendo”, puntualizó Parrales.> En las gilces.  Un kilómetro más adelante se encuentra Las Gilces, lugar en el cual son evidentes los daños causados. Algunas casas, incluso, han sido abandonadas y otras han tenido que retroceder algunos metros para evitar el impacto del agua.En una parte de la playa se han colocado piedras enormes. Pese a esto, el temor está allí, latiendo.Marlene Reyes dijo que “es la primera vez que el mar ha escarbado tantísimo y se ha llevado tanto terreno. Antes no nos dábamos cuenta porque la playa era más grande y había más espacio”, señaló la moradora, quien recordó las épocas en que los turistas llegaban a estas playas.> Respuestas.  Ante esta situación se buscó a la presidenta del gobierno parroquial, Lorena Chóez, pero se informó que se encontraba fuera de su oficina haciendo gestiones relacionadas con su trabajo.También  se  consultó a Dalton Andrade, director municipal de Gestión de Riesgos, pero vía telefónica contestó que no estaba informado del asunto y que iba a investigar. Luego se lo llamó varias veces, pero no contestó.Francisco Saltos, vocal de la Junta Parroquial, corroboró la gravedad de la situación. En declaraciones pasadas, Gustavo García, director de Producción y Control de Obras del Servicio de Contratación de Obras (Secob), aseguró que el muelle no causa afectación dentro de la línea costera. “Lo que sí producen los espigones dentro de lo que corresponde al transporte litoral, que se llama al viaje del grano de arena, es que éste comienza a acumularse dentro del área sur. Por eso es que forman estas playas”.

EL DIARIO