Cuidar legado islámico, el objetivo de El Cairo
Interrumpidas por la primavera árabe y los disturbios políticos y económicos que la siguieron, las obras de restauración retoman por fin en esta mezquita mameluca, en penoso estado desde hace varias décadas.
Al otro lado de este barrio, considerado ciudad histórica, un nuevo proyecto de restauración en torno a la mezquita Al Maridani (siglo XIV) acaba de arrancar. Pero la tarea se anuncia inmensa en esta área de la capital egipcia, de 32 km², registrada en el patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) desde 1979, con cerca de 600 monumentos inscritos.
Mezquitas, mausoleos, caravasares y cientos de viviendas antiguas forman un tejido urbano único en el mundo árabe, en torno a un entramado de callejuelas de tierra o parcamente asfaltadas, con puestos aquí y allá, cafés y edificios de tres o cuatro plantas.
El ministro de Antigüedades, Khaled El Enany, visitó las nuevas obras de restauración en agosto y constató el mal estado de las antigüedades islámicas. “Es un hecho”, dijo, y mencionó el alcantarillado deficiente.
Egipto empezó a registrar hace poco un cierto repunte del turismo, con 8,2 millones de visitantes en 2017, según datos oficiales. Una cantidad todavía lejana de los 14,7 millones de turistas de 2010.
Sin embargo, las trabas burocráticas son importantes. Aunque los monumentos corran a cargo del Ministerio de Antigüedades, la Gobernación de El Cairo es la que se ocupa de todo lo que hay alrededor. Además, los ministerios de Turismo, Vivienda y Bienes Religiosos también están implicados. (I)
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