Trabajó hasta ser ‘el señor de la basura’
Tiene más de 20 años recogiendo, hurgando, clasificando, rescatando lo que ya nadie desea y más bien quiere desechar.
Él con mucha paciencia retira las bolsas de basura desde la puerta de la casa de los ciudadanos y se encarga de darles el tratamiento definitivo.
Ahora ya establecido, recuerda que sus inicios fueron muy duros, pues es una actividad que pocos quieren hacer por los residuos o riesgo de contaminación, aunque ha logrado tecnificar los procesos, reduciendo muchos inconvenientes.
Señala que inició en esta actividad antes del fenómeno El Niño de 1998. En ese tiempo trabajaba para un señor, a él le tocaba recoger con las manos, pues menciona que como joven sólo quería tener unos cuantos sucres para subsistir. Agrega que el material lo reciclaban y así obtenía otros reales más.
Luego, indica, decidió trabajar por cuenta propia, así consiguió un triciclo y se fue a la urbanización La Fuente y luego a Las Cascadas. Allí les propuso a los moradores que les recogía las bolsas de basura y las entregaba a los carros recolectores o los contenedores que habían cerca del cementerio. Por suerte para él la idea fue bien acogida por los vecinos y así empezó su actividad.
Menciona que día a día debía cumplir su misión. Luego de unos meses ofreció el servicio a otras urbanizaciones y también tuvo éxito. Cada familia le pagaba algunos centavos por semana por cumplir esta labor. Dice que para atender a los nuevos sectores le instaló la mitad de una moto a la carreta y así ganaba tiempo, andaba más rápido.
Indica que la confianza y la responsabilidad son claves en el negocio, eso le permitió crecer y luego de la carreta adquirió una camioneta y ya integró a su esposa e hijo al trabajo, logrando incluir a más sectores, actualmente trabaja para doce urbanizaciones.
Inicio. Menciona que gracias al esfuerzo y a la planificación las personas pueden mejorar en su vida. Destaca que este año lograron adquirir un camión moderno, con el cual puede llevar hasta dos toneladas en cada viaje.
Esto le ha permitido crear una empresa junto con su esposa María Sornoza y su hijo Andy. Los tres recolectan y de allí llevan las fundas hasta un botadero, en la loma del cementerio.
Cada morador cancela 1,25 dólares a la semana por el trabajo.
Dice que los desechos que recolectan generan otra actividad para más familias, pues las toneladas de desechos que lleva son recibidas por recicladores que se encargan del plástico y el cartón para venderlos a empresas que se encargan de darle una nueva utilidad.
Señala que en ocasiones en la basura pueden aparecer cosas de valor. En una ocasión, dice, una señora por error dejó el anillo de matrimonio en una bolsa que luego fue arrojada al carro de él, entonces la dama desesperada lo buscó hasta encontrarlo y se pusieron a revisar bolsa por bolsa, hasta que apareció la de la señora y, efectivamente, allí estaba la joya de su enlace matrimonial. Destaca que la feliz señora lo recompensó con regalos y dinero, aunque dice que la mayor satisfacción que tienen es la confianza de sus usuarios.
FUENTE EL DIARIO