“Chico”, el hombre de las mil autopsias
Miguel Rodríguez no se inmuta cuando habla de las más de mil autopsias en las que, dice, ha colaborado.
El “Chico”, como también se lo conoce, tiene 49 años, y desde los catorce se involucró con el “trabajo” de entreabrir los cuerpos de personas fallecidas, por pedido de autoridades competentes.
La primera vez que participó en uno de estos trámites lo hizo por pedido de la persona que le enseñó este “oficio”.
“Tenía catorce años, y empezaba a trabajar como oficial de albañilería con Primitivo Albán (su maestro), el panteonero del cementerio, que además era albañil y colaboraba con lo médicos legistas cuando estos hacían las autopsias en su natal Rocafuerte”, comentó.
En su primer “cachuelo” como asistente en esta diligencia de ley se ganó 80 mil sucres, una suma que se multiplicaba por tres con respecto a lo que ganaba como oficial de albañilería en aquel tiempo, dijo.
“Llegué a mi casa y le mostré a mi papá el dinero. Le conté cómo me lo había ganado, pero no me creyó y me castigó fuerte; no contento me llevó casi arrastrando hasta la casa del “Primo” (Primitivo Albán) para comprobar lo que le había dicho, igual no se convenció y me quitó el dinero”, contó entre risas.
“Chico” indicó que el mismo día se sirvió en el almuerzo un caldo de hueso de res.
Herramientas. “Lo miraba, y me recordaba las partes óseas del cadáver que había abierto para la autopsia, pero igual me lo comí sin asco”, mencionó.
En todo el tiempo que lleva colaborando en autopsias, solo una vez rechazó hacer este trabajo, dijo. “Se trataba de un primo muy querido”, afirmó. Al principio “Chico” utilizaba herramientas rudimentarias.
“Una sierra mecánica, cuchillos para abrir, y para coser agujeta y piola de nylon, la de jugar trompos”, recordó.
Hace un par de años estuvo en Nueva York, en donde también colaboró en diligencias de autopsias. “Sólo ayudaba a pasar los implementos. Allá se necesita una licencia para poder realizar este trabajo”, indicó.
FUENTE EL DIARIO