Ligüiqui preserva técnicas de ancestros para capturar pulpo

Manta –

Ligüiqui es una comunidad de apenas unas 80 casas, que albergan a 300 habitantes. La población tiene un acantilado que sirve de fuente de alimento e ingresos económicos.

Una calle asfaltada, rodeada de viviendas pintadas con diversos colores, recibe a los visitantes. Ese pintoresco ambiente es parte de una propuesta de “regeneración del alma”, que promueve el municipio de Manta, junto a la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

Leonardo Alonzo Zambrano, un joven motivador que hace seis años junto a arqueólogos extranjeros impulsó la investigación de corrales marinos que en una extensión de 6 kilómetros se extienden frente a las costas de esta comunidad, indica que pese a los años los descendientes de comunas precolombinas aún heredan esa tradición de alimentarse a través de la captura de moluscos.

Un gancho, elemento que se denomina a una vara o bastón de caña o metal que en su punta tiene una especie de ancla, sirve para atrapar a moluscos como el pulpo.

Es la misma técnica que hace más de 500 años emplearon los descendientes de los caciques Ligüi y Qui, padre e hijo, quienes –según la leyenda que narra Alonzo– lideraron estas tierras que hoy recuerdan sus gestas y sus nombres.

“El pulpo es representativo no solo en la actualidad, sino a nivel ancestral porque los manteños-huancavilcas construyeron sobre todo en esta zona de arrecifes coralinos; eso es lo de mayor importancia para la reproducción de estos animales que vienen a colocar sus huevos y dejan sus crías en estas áreas que son de reproducción”, explica Alonzo.