Monseñor Lorenzo Voltolini : ”Aquí descansaré para la vida eterna”

Voltolini fue arzobispo de la Arquidiócesis de Portoviejo por cerca de 11 años.

El Diario conversó con él sobre los motivos que lo llevaron a tomar la decisión de dejar este cargo.
¿Quedarse en Portoviejo fue una decisión de usted o de la Iglesia?
Venir a Portoviejo fue una decisión de la Iglesia.
Yo vine a Ecuador para ser misionero y no para ser obispo, eso ha sido un accidente (risas) en mi vida;  podemos decir, un accidente muy agradable porque he podido conocer Manabí.
Llegué a Manabí con los sacerdotes de Latacunga, pero nunca había pensado en este tiempo que terminaría aquí como obispo.
En Ecuador conocí por primera vez el Océano Pacífico.
¿En una carta que usted escribió a sus amigos menciona que se siente cansado espiritualmente, ¿qué quiere decir?
Yo veo que mis facultades mentales no son suficientes como las de un tiempo atrás. Estoy bastante bien físicamente, pero me doy cuenta de que las cosas las olvido. Cansancio espiritual significa que no tengo suficiente oración en mi vida, que no tengo suficiente entrega espiritual al trabajo que estoy haciendo.
¿Desde cuando pensó en la renuncia?
En el 2014, hace cuatro años ya presenté al monasterio  Trapense de Santa María del Paraíso en Salcedo, Latacunga, una carta formal en la que describía un poco mi deseo de ser monje y para qué y por qué. Mi deseo es dejar las vanidades, como digo yo (risas), episcopales, y dedicarme a la oración y la contemplación, que es lo que me atrae mucho de la vida contemplativa.
En la misma carta menciona que estará más presente en sus seguidores católicos que como obispo, ¿cómo? 
Más presente porque con la oración uno llega a todas partes, en cambio físicamente uno puede decir que está haciendo esto o aquello, pero con la oración puedo estar cerca de todos, y espero poder hacer más bien que lo que pude hacer como obispo.
¿Qué es lo que más lo ha marcado en estos 25 años aquí en Manabí?
Ante todo el sentirse muy, muy acogido. En Manabí he tenido mucha acogida. Los problemas que he tenido han sido problemas normales que pueden tener todos en la administración de una parroquia o de un obispado, pero he sentido aquí la consideración de parte de muchas personas, por eso me voy muy agradecido.
He pedido que tengan un puestito para mí en la catedral, espero venir aquí a descansar para la vida eterna.
¿Cómo deja el proceso de reconstrucción de los templos afectados por el terremoto del 2016?
De las 50 parroquias que han tenido percances a causa del evento, al menos 40 y más han sido atendidas. Significa que son pocas las que necesitan una intervención fuerte. Quedan las más grandes, pero gracias a Dios está en buen camino la reconstrucción tanto de la parte interna de la Catedral de Portoviejo, la de La Dolorosa en Manta, y ya hay una propuesta concreta para la intervención de la de Montecristi, de La Merced y la de Tarqui. Espero que Manabí tenga pronto sus iglesias completas.
Actualmente son muchos los escándalos de supuestos abusos sexuales que involucran a sacerdotes de la Iglesia católica. ¿Qué dice al respecto?
(Risas) Yo no me voy por abuso sexual, ni por alguna denuncia en este sentido.
En este momento pienso en la Arquidiócesis con mucha esperanza, porque veo que hay un clero que trabaja para ser un clero santo, un clero bueno.
Espero que quien me reemplace en el arzobispado mantenga la misma entrega, y las mismas orientaciones que he sabido dar a los sacerdotes, a los laicos, a todos en general.
FUENTE EL DIARIO