El ajuste económico del Gobierno divide a gremios laborales

El movimiento sindical aceptó dialogar con el Gobierno. El pasado lunes 3 de septiembre, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) mantuvo una reunión con el Secretario de la Política, Paúl Granda. En la cita se analizaron las medidas económicas impulsadas por el régimen para reducir la brecha fiscal. En el encuentro, que duró cuatro horas, los dirigentes del FUT cuestionaron algunos parámetros de la Ley de Fomento Productivo, además del ajuste en el subsidio a la gasolina súper y al diésel industrial. José Villavicencio, presidente del frente sindical, señaló que en la reunión expusieron su desacuerdo con las medidas impulsadas desde el Ejecutivo, ya que creen que son el inicio de un ajuste mayor. El dirigente apuntó que se pidió al Gobierno garantizar que las empresas que se beneficien de la remisión tributaria inviertan en el país y generen empleo. “Se dice que el pueblo no tiene autos de alta gama. Pero el aumento del súper generará mayor especulación”, dijo. El FUT planteó un ajuste al impuesto a la renta y solicitaron aumentar los esfuerzos para recuperar el dinero que salió del país en la última década, producto de la corrupción.

Pese a esta contraposición de criterios económicos, Villavicencio reconoce que hay un nuevo momento para el sector gremial en el país. Cree que hay tres ejes que han contribuido para que esto pase: el llamado al diálogo, acoger las propuestas de los sectores sociales e impulsar un proceso de lucha contra la corrupción. Recordó que durante 10 años, el FUT y otras organizaciones sociales fueron desprestigiadas. “Nos llamaban tirapiedras, atrasapueblos. Y se trató de dividir a la clase obrera”, asegura el dirigente. Mesías Tatamuez, presidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), sostiene que esa central sindical mantiene su independencia y guardan distancia con el Gobierno. Añade que en la última década atravesaron etapas difíciles, pero que la organización sindicalista ha resistido incluso a regímenes dictatoriales. Hasta mayo pasado, el Ministerio de Trabajo tenía registrados a 5 864 sindicatos de trabajadores. Villavicencio y Tatamuez consideran que el ajuste económico no afectará solo a los grupos que más ingresos tienen, sino a la economía de “todo el pueblo”. Por eso, a pesar del acercamiento que tuvieron con la Secretaría de la Política, no suspenderán la movilización nacional convocada para el próximo 20 de septiembre. El analista José Luis Fuentes cree que las organizaciones sindicales están enfocadas en recobrar mayor protagonismo en la esfera política. A su criterio, durante la última década se restó representatividad a los gremios tradicionales. El experto explica que la política de diálogo que impulsa el Presidente permite a las centrales sindicales formar parte de esos espacios de negociación que habían perdido. En la otra orilla sindical se ubica la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Esta agrupación se creó en el 2014, como una central afín al oficialismo para respaldar al expresidente Rafael Correa y a la llamada revolución ciudadana. Ahora, una parte de esa Central se alinea a las políticas del presidente Moreno. Presentarán una propuesta unificada, en el marco del diálogo. Para sistematizar sus aportes desarrollaron un taller de organizaciones, el jueves último, y crearon un comité. El encuentro se desarrolló en la Federación de Choferes Profesionales, en el centro de Quito. Ese día, Oswaldo Chica, presidente nacional del CUT, aplaudió el ajuste económico. “Qué bien que las personas que tienen más recursos paguen más”, dijo el dirigente. Richard Gómez, presidente de la Federación de Trabajadores Eléctricos y titular de la CUT en Guayas, manifestó que su principal preocupación del ajuste son las concesiones. Fuera de ello, este gremio apoya la revisión del subsidio al diésel industrial. “Nos parece oportuno que los empresario e industriales que han tenido mayores beneficios asuman esta carga”, indicó Gómez. El sindicalista reconoció que la CUT nació con “el respaldo del anterior Gobierno”, pero indicó que no reciben recursos de ningún ministerio y que su agenda es laborista. Esa postura no convence a todos. La asambleísta correísta y primera vicepresidenta de la CUT, Liliana Durán, señaló que no se estaría respetando la postura de las bases para apoyar los ajustes del Gobierno. Tanto el FUT como la CUT piden una reunión directa con el presidente Lenín Moreno.

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