Caracoles afectan a cultivos en todo el Litoral
Mientras siembra arroz, Benito López debe estar “ojo al Cristo” con la plaga del caracol manzana que lo atormenta y le causa pérdidas.
Explica que tiene más de tres cuadras de arroz y durante el primer mes de la producción debe cerciorarse de que ningún insecto, hongo o molusco afecte su sembrío. “Si me descuido cuando se trasplanta arroz, el caracol se lo come desde abajo”, señala López con preocupación.
El agricultor agrega que antes no se observaba este tipo de plagas. Él habita en la comunidad La California de Rocafuerte y asegura que este caracol ataca “por donde sea”.
“Si el arroz empieza a brotar se come el cogollo, nunca pierde tiempo”, sostiene López, quien teme que si se registra el fenómeno El Niño se duplique la población de estas babosas acuáticas, que “también dejan sus huevos en estacas o en la orilla de los sembríos, que también tenemos que destruir”, enfatiza.
Mientras observa las plantaciones de arroz listas para cosechar, indica que una de las formas de evitar que el caracol manzana afecte sembríos de maíz y cultivos en zonas húmedas es mantener limpios los muros que rodean las plantas. “Cuando ya no se puede más tenemos que fumigarlo con matababosa”, añade.
Agricultores de Sucre, Rocafuerte y Portoviejo indican que en invierno los caracoles acuáticos se reproducen rápidamente, afectando los sembríos. “Se comen todo lo tierno, atacan todo lo que va naciendo”, asegura Walter Muñoz, quien trabaja en la fumigación de plagas.
El jornalero también comenta que una vez que el arroz, maíz o cualquier planta obtiene mayor tamaño, el caracol no puede alimentarse de ésta. “Es como vaca, corta de abajo, pero cuando está duro no lo puede trazar”, explica Muñoz.
Robert Vera, director zonal de Innovación Tecnológica del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), asegura que el caracol acuático que afecta plantaciones en terrenos anegadizos está controlado. “Lo que sí existe es una alta población de caracol terrestre o africano”, comenta Vera.
El funcionario explica que para los caracoles, tanto terrestres como acuáticos, sí existe intervención por parte del Magap para evitar que la plaga afecte plantaciones.
Según Vera, la mejor forma de combatir esta plaga es realizando ‘trampas’. Se hacen huecos en la tierra, se forran con plástico y como carnada se coloca piña o cualquier fruta dulce, una vez que caen se procede a quemarlos, explica.
“El caracol está presente en todo el litoral ecuatoriano, la práctica química resulta muy cara para el agricultor”, acota.
Fuente: El Diario Manabita